Tu corazón tiene una inteligencia Superior. Excelente.
(continuación del tema anterior)
En
relación a la comunicación biofísica, se ha observado una relación directa
entre la presión sanguínea, la respiración y ciertos ritmos del sistema
nervioso autónomo.
Y en
cuanto a la comunicación energética nos dicen que el campo electromagnético del
corazón es 5.000 veces más intenso que el del cerebro y más potente que
cualquier otro órgano del cuerpo. Produce de 40 a 60 veces más
bioelectricidad que el cerebro. Y lo más interesante es que el aspecto del
campo magnético del corazón cambia en función del estado emocional.
Cuando sentimos miedo, estrés, frustración, enojo, etc. se vuelve caótico; en cambio, cuando se experimentan emociones como la gratitud, la compasión, el perdón, etc. toma un aspecto ordenado y se obtiene lo que se llama un “espectro coherente. Este campo se extiende entre 2 a 4 metros alrededor del cuerpo, permitiendo a todos los que nos rodean recibir la información energética contenida en nuestro corazón.
Cuando sentimos miedo, estrés, frustración, enojo, etc. se vuelve caótico; en cambio, cuando se experimentan emociones como la gratitud, la compasión, el perdón, etc. toma un aspecto ordenado y se obtiene lo que se llama un “espectro coherente. Este campo se extiende entre 2 a 4 metros alrededor del cuerpo, permitiendo a todos los que nos rodean recibir la información energética contenida en nuestro corazón.
El amor
del corazón no es una emoción, es un estado de conciencia inteligente que nos
permite vivir desde el corazón, en unión con nuestra naturaleza divina en
la profunda unidad con todo lo que existe.
Observa como la fraternidad, la compasión, la bondad, el respeto, la creatividad y el genio creador, es decir, los pensamientos y sentimientos elevados son manifestaciones de la unidad en la que vivimos, mientras que las emociones negativas son manifestaciones de la separatividad.
Observa como la fraternidad, la compasión, la bondad, el respeto, la creatividad y el genio creador, es decir, los pensamientos y sentimientos elevados son manifestaciones de la unidad en la que vivimos, mientras que las emociones negativas son manifestaciones de la separatividad.
Cuando
vivimos reconociendo que somos uno con todo lo que existe, que no es otra que ver
a Dios en todo, los dos osciladores del cuerpo que son el
cerebro y el corazón, vibran en perfecta sincronicidad y como consecuencia
envían a todo el cuerpo órdenes coherentes, eficaces, inteligentes y
totalmente adecuadas a las necesidades del momento.
¿Qué
tenemos que hacer para despertar la inteligencia del corazón de manera que
pueda tomar el comando de nuestras vidas?
Nos dicen
los científicos que tenemos varios circuitos por medio de los cuales nos llega
información que ocasiona respuesta en nosotros. El primario, que es
completamente inconsciente, y nos permite salir huyendo de una situación
de peligro sin tener que reflexionar.
Luego el inteligente, que nos permite el razonamiento y el tercero, una mezcla de los dos, en donde los recuerdos del inconsciente se activan y producen reacciones que pasan por la corteza, “el inteligente” y ésta de alguna manera los justifica.
El Maestro DK lo llamaría, pensamientos emocionales o kama manas. Ahora la ciencia nos presenta otro circuito que va del corazón a la cabeza y ahí está la clave.
El cerebro del corazón activa en el cerebro de la cabeza los centros superiores de percepción completamente nuevos que interpretan la realidad sin apoyarse en experiencias pasadas, este nuevo circuito no pasa por las viejas memorias, su conocimiento es inmediato, instantáneo, y por ello, tiene una percepción exacta de la realidad.
Su inteligencia no separa sino que une, reconociendo en todo momento la gran red de vida en la que estamos todos. Es la conexión cósmica que la inteligencia divina nos ha legado para que podamos recuperar nuestro origen divino y nuestra sabiduría esencial. Es la forma de tener una mente iluminada, o como dicen algunos, “resplandor en el cerebro”.
Luego el inteligente, que nos permite el razonamiento y el tercero, una mezcla de los dos, en donde los recuerdos del inconsciente se activan y producen reacciones que pasan por la corteza, “el inteligente” y ésta de alguna manera los justifica.
El Maestro DK lo llamaría, pensamientos emocionales o kama manas. Ahora la ciencia nos presenta otro circuito que va del corazón a la cabeza y ahí está la clave.
El cerebro del corazón activa en el cerebro de la cabeza los centros superiores de percepción completamente nuevos que interpretan la realidad sin apoyarse en experiencias pasadas, este nuevo circuito no pasa por las viejas memorias, su conocimiento es inmediato, instantáneo, y por ello, tiene una percepción exacta de la realidad.
Su inteligencia no separa sino que une, reconociendo en todo momento la gran red de vida en la que estamos todos. Es la conexión cósmica que la inteligencia divina nos ha legado para que podamos recuperar nuestro origen divino y nuestra sabiduría esencial. Es la forma de tener una mente iluminada, o como dicen algunos, “resplandor en el cerebro”.
¿Y cómo
activar éste circuito? Viviendo desde el corazón.
Cada pensamiento, cada emoción,
presentarla primero al corazón y ver si está en armonía con el Amor que
allí se encuentra. Hay que trascender los deseos personales y aprender a
vivir según la intención del corazón, que es la intención de tu Ser
Interno.
El impedimento mayor que tenemos
hoy en día son las memorias grabadas en nuestro inconsciente que se activan
cada vez que son estimuladas.
Busca ser testigo de ti mismo, de tus propias reacciones para que puedas verlas, porque cuando se ven, se van. Para ello tienes que asumir la plena responsabilidad de tus emociones, agradables o desagradables, decidir no culpar a nadie por tus reacciones emocionales y reconocer que el verdadero origen de tus reacciones emocionales no está en lo que ocurre en el exterior sino en tu interior.
Busca ser testigo de ti mismo, de tus propias reacciones para que puedas verlas, porque cuando se ven, se van. Para ello tienes que asumir la plena responsabilidad de tus emociones, agradables o desagradables, decidir no culpar a nadie por tus reacciones emocionales y reconocer que el verdadero origen de tus reacciones emocionales no está en lo que ocurre en el exterior sino en tu interior.
Hay un
camino hacia el Corazón que ha sido anunciado por todos los Maestros, haríamos
bien en recordarlo: Cultiva el silencio, haz contacto con la Naturaleza ,
vive periodos de soledad, medita y contempla, busca la verdadera belleza,
vive con sosiego y quietud, cuida tu entorno vibratorio, recupera el
sentido de lo sagrado, recupera la inocencia al no juzgar, reconoce las
sincronicidades en tu vida, trabaja en grupo, coopera, vive con sencillez,
escucha.
Ten
presente que tu Corazón tiene una inteligencia superior, escúchalo y pregúntale
cuando no sepas que hacer.
[Extracto
del libro "El Maestro del Corazón" de Annie Marquier]
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