¡SÍ, PUEDO!
En este día prometo iniciar una nueva etapa y hacer más con mi vida;
alcanzar la grandeza que vive dentro de mí y que está esperando ser utilizada.
Este es el día en que por fin tengo
el valor de enfrentarme a los problemas para resolverlos uno por uno.
Ya no volveré a tomar el camino
fácil de deprimirme. Hoy alimentaré mi espíritu de entusiasmo y mi
corazón de positivismo.
Hoy renuncio a la pereza, a las
quejas, a la debilidad de carácter y otros malos hábitos
que sólo hunden al ser humano en las tinieblas del estancamiento y el
conformismo.
Desde hoy seré feliz realizando
todas mis metas para el beneficio de mis seres queridos y si el destino me reta
con dificultades por el camino, voy a responder con entusiasmo y
positivismo.
¡SÍ PUEDO!
Cuando comprometo mi voluntad y mi
concentración para lograr las metas que deseo alcanzar.
¡SÍ PUEDO!
Cuando cada obstáculo me reta a
demostrar mi determinación para triunfar y enfrento cada situación con espíritu
de luchador hasta vencer.
¡SÍ PUEDO!
Cuando en medio de los conflictos
tengo una actitud positiva y a pesar de todo puedo continuar con optimismo,
eliminando de mi corazón la idea tonta de darme por vencido.
¡SÍ PUEDO!
Cuando cada fracaso representa una
lección que debo aprender y por cada caída va creciendo mucho más mi deseo de
vencer.
¡SÍ PUEDO!
Cuando tengo el deseo de vivir
intensamente cada minuto de cada día, disfrutando todos los momentos de mi
vida, hasta hacer de mi existencia una aventura apasionante.
¡SÍ PUEDO!
Cuando tomo la decisión de alcanzar una meta que para otros
parecerá imposible, pero para mí siempre estará dispuesta.
¡SÍ PUEDO!
Cuando comprendo que tener fe es
ser positivo y me enfrento a los retos que me presenta el destino.Sabiendo que
Dios está de mi parte, no puede existir un obstáculo que me pueda vencer.
¡SÍ PUEDO!
Cuando reconozco que en el pasado
me ocultaba con mentiras y excusas, pero hoy entiendo que fui diseñado para
triunfar y sé que las grandes puertas de la felicidad, la riqueza y la
tranquilidad se abrirán para mí y para mis seres queridos.
Levanto mis ojos al cielo y digo:
Gracias porque puedo ver la luz de un nuevo día.
Gracias porque puedo ver la luz de un nuevo día.
Gracias porque hoy tengo la
oportunidad de sentir a mis seres queridos y aún quedan fuerzas en mis manos
para labrar mi destino.
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