Qué afirmación tan
contundente, verdad mis amados lectores?
Esta definición me
pareció la mejor, excelente!
Y por eso la
transmito porque será de enorme ayuda especialmente en situaciones de gran
aflicción como es estar cerca de “partir” o de tener a seres queridos en esta
situación.
Siendo la Vida,
nuestra Vida, lo más preciado qué tenemos, qué alentador, qué confortante es
saber que la Vida es eterna, verdad?
Y bien, con la
responsabilidad de Maestra, los invito a reflexionar sobre lo que voy a
explicar y ver si esto resuena en su interior como para ser aceptado al pasar
por su discernimiento y si no, con toda libertad, dejarlo de lado.
Lo primero que
haremos será preguntarnos qué es la Vida, qué significa esa palabra, ya que hay
varias acepciones.
Esto traerá
claridad sobre el tema, ya que algunas personas dicen:
“después de esta
vida no hay otra”
“otros dicen que
después iremos a la vida eterna”
“otros hablan del
fin de la vida”
hasta el cómico
dicho “aprovechá gaviota que después de esta vida no hay otra”
¿Y
entonces?¿Cuál de estos conceptos será el real?
La vida a la que me
refiero, es la corriente de energía que nos anima, eso incorpóreo, el Alma, el
Espíritu, la Conciencia, el Ser. Es por eso que puedo afirmar que la vida es
una sola y es eterna, ya que como bien sabemos, la energía no se destruye, sólo
se transforma, en una nueva forma de expresión.
Podemos
desaparecer, sí, dejando en este plano nuestra envoltura, nuestro envase o sea
lo denso del cuerpo pero el Alma, la Conciencia que somos, sigue VIVA, sigue
consciente, valga la redundancia.
En los retiros de la Gran Hermandad Blanca, una de las primeras lecciones es informar sobre la falsa creencia de que existe
la “muerte” y de que todo se termina con ella.
No es mi tarea ocuparme de quién y por qué inventó el tema asustante,
afligente, el “cuco”, digamos, de la “muerte”, como final de todo.
Nooo, no es así. Nuestra vida es continuidad, es evolución permanente.
Venimos a este mundo de paso, por un tiempo. Para comprenderlo mejor, es
un “contrato”, mediante el cual, cuando finalice lo acordado, nos “mudaremos” a
otro plano, invisible, donde no hace falta tener una forma física. Eso es todo.
Qué bueno es comprender esto, tomarlo con naturalidad, sabiendo que el
Creador nos permite seguir creciendo en otras dimensiones.
Ya Conny Méndez, en su libro “4 en 1” nos habla al respecto, diciéndonos
que llegará un momento de nuestra evolución en que podremos comunicarnos
directamente con nuestros seres queridos como algo natural.
En fin, presentar este tema hoy ha tenido por finalidad llevar
comprensión, paz, consuelo y un enorme alivio sabiendo que no hay perdida
alguna. Sólo hay una separación temporal, como si se tratara de un viaje.
Y lo
supremo es la gran ayuda que podemos brindar al que “parte” manteniéndonos en
calma y ayudándolo con palabras, con oraciones a que siga su viaje, que siempre
es para una mejor forma de vida.
Por último, una
reflexión más, el ejemplo de una mariposa que antes fue un gusanillo, luego le
crecen las alas y puede volar libre!
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