¿Empezamos de
nuevo?
Si tuviera que
dar la primera clase a una persona, le explicaría muy claramente la ciencia del
vivir, contenida es esa primera oración.
En Verdad
existe una sola Fuente de donde emana toda la energía de la Creación.
Por lo tanto,
la única Fuente es el Creador. Y es todo Perfección omnipresente.
Así tenemos un
solo Amor, una sola Inteligencia, un solo Poder que pueden actuar en nuestras
vidas.
Siendo así ¿qué
podemos decir de lo no bueno, de esa energía no buena que produce dolor y
sufrimientos de todo tipo?
Si comprendemos
que no existe otra fuente de poder aparte, en lo externo, tenemos que darnos
cuenta que todo lo no bueno, viene a ser la misma Energía original pero mal
calificada y mal empleada.
¿Te imaginas el
gran bienestar que experimentarías si llegaras a ver y comprender que las
apariencias externas, los defectos, son conceptos humanos,
distorsionada creación de cada uno?
Y lo más grandioso, es darse cuenta de
que los defectos humanos no tienen nada que ver con la Perfección de Dios, sino
que todos nuestros sinsabores se deben al mal uso del poder original.
Pero cuando nos ponemos a corregir el
pensamiento, sentimiento y expresiones del “Yo Soy”, ponemos en acción el poder de Dios sin límite alguno. Y
entonces, recibimos todo el bien que deseamos.
Todo es volverse al Yo Superior, que es
Dios, aceptar Su Perfección y veremos enseguida esa Perfección manifestada en
nuestra vida.
¡Que tu Yo Superior, hermano,
purifique la energía de tus cuerpos y recibas todo el bien que emana de la
Fuente Única, como armonía, dicha, entusiasmo, alegría y bienestar general!
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