Estamos viviendo tiempos de falta de
contacto entre seres humanos. A lo sumo los fríos mensajes virtuales que no se
igualan en absoluto a la calidez que disfrutábamos tiempo atrás.
Nos sentimos solos y necesitados de
contactar a otras personas cara a cara, pero no queremos esforzarnos en crear
una red de amigos. Qué contradicción, verdad? Es decir, no queremos salir de la
comodidad de nuestros hogar, no tenemos ganas de hacer el esfuerzo de prepararnos,
cambiarnos, en fin, fiaca de salir. Y me quedo, “aburrida como una ostra”, a veces, porque no hay otros humanos con
quienes interactuar.
Otra cosa es que ya no tengo ganas de
asistir a fiestas y reuniones porque las encuentro vacías, aunque antes me
gustaban.
Entonces me digo qué nos está pasando?
Sin embargo, ahora me doy cuenta que no
sólo me pasa a mí, por eso quiero compartirlo con ustedes.
Aquí viene algo clarificador, que nos
llevará a comprender que es muy lógico sentir distinto de lo de tiempo atrás,
estamos evolucionando y esos grupos que nos “llenaban” hoy son menos
frecuentes. ¿Por qué? Porque la evolución se da en forma personal, cada uno a
su manera, a su ritmo, en fin según lo decida. Y está bien que así sea.
No es saludable esforzarse para lograr
amigos, es un proceso que debe darse en forma natural y por afinidad, sin
esfuerzo, armoniosamente.
Entonces, qué hacemos?
Comprender esto: no hay dos personas
que tengan las mismas experiencias. Por lo tanto cada uno de nosotros podrá
dedicarse a conocerse a sí mismo, para hacerse su mejor amigo. Más claro aún,
sentirse bien en su propia compañía, desarrollando la propia creatividad y el
amor a sí mismo.
Cada uno tiene su propio sendero y está
bien que lo siga, para hacerse completo y entero en sí mismo, limando lo
que sea necesario, destacando sus virtudes, fortaleciendo sus puntos débiles.
Así es, mis queridos hermanos. Es el
momento de hacerse amigos de sí mismos (menuda tarea), verdad? Suena extraño y
mientras tanto............ sentimos soledad.
Pero esto no durará para siempre, es
sólo temporal, luego encontraremos por afinidad y naturalmente a nuestros
amigos en lo exterior.
Ahora es tiempo de amarse a sí mismos,
de acompañarse, de ser compasivos, de aprobarse, de ser fuertes, de sentirse a
gusto y de gustarse.
Queda claro, entonces, que es natural
si no queremos estar con grandes grupos, eso era válido para el yo, que éramos
en 3ra. D pero ahora tenemos un nuevo yo, más crecido, un ADN desarrollando
mucho más para conocernos en lo que en Verdad Somos, Seres de Luz.
Por último, un ejemplo: ¿Vieron que ahora en las parejas se da el
querer ser “una naranja completa” y que el otro, también sea “una naranja
completa? Y sí, es el avance, dos seres maduros y completos en sí mismos podrán
disfrutar de una hermosa mutua compañía, sin andar demandando que el otro
“complemente lo que yo no tengo”.
Qué lindo! darnos cuenta de todo esto!
Informarnos, para aceptar que no sería saludable quedarnos con el “viejo yo”.
Las relaciones también están mejorando acorde a lo que demanda avanzar en la
evolución.
Nuestro “nuevo yo” será como
consecuencia, más feliz y podrá construir relaciones más felices.
Para cerrar transcribiré aquí un
párrafo de mi libro “VIVIR FELIZ”:
La química entre personas:
Cuando se relacionan personas con
pensamientos-sentimientos, discordantes, destructivos, inarmoniosos, sus dos
químicas se mezclan y producen una nueva sustancia química que es perjudicial y
dañina.
En cambio si se relacionan con amor y
armonía producen una sustancia elevadora, inspiradora y curativa.
La indiferencia entre las personas, no
produce ninguna nueva sustancia química.
Finalmente: aprovechemos este período y no desesperemos. Somos seres
sociables y construiremos una nueva sociedad, fraternalmente unida, como fue y
es, el propósito de la Creación!
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