Amado hermano, hoy intento
llevarte ese preciado “artículo” que se llama alegría, mediante tu serena
meditación de lo escrito.
Si miramos hacia lo exterior a través de los medios de información, es
decir, lo que reportan nuestros sentidos, lo que entra por nuestros sentidos,
en especial por la vista y por el oído, seguramente no sentiremos alegría, sino
todo lo contrario, ya que un muy elevado porcentaje, son sucesos conflictivos y
demás.
Por lo tanto no es allí, afuera,
donde encontraremos la ansiada alegría.
¿Pero... qué es en verdad, la
alegría?
Alegría es
estar contento, feliz, en paz, en
amor, en sensación de bienestar. ¡Y todo esto está
dentro de ti! Y de mí y de todos, porque vive en nuestro Espíritu. Allí sólo
hay Perfección.
Es imposible que entre ahí la
tristeza. Esta llega sólo hasta muestro ego inferior, por eso sentimos a veces
como si la tristeza se hubiera hecho carne. Pero si buscamos dentro, en el
lugar secreto de nuestro Ser, allí sí la encontraremos.
Alegría es la sensación de sentirse amado.
Nace de apreciar el Don de la
vida. Surge cuando haces lo correcto.
La alegría se
relaciona con la diversión, pero
no es exactamente lo mismo.
La diversión
depende de algo de afuera. La alegría, de lo que sucede adentro.
La alegría está siempre ahí, sin importar lo que pase afuera.
Y tú puedes
aplicar esa alegría interior a todo lo que hagas.
Puedes
disfrutar de tus tareas y hasta de un trabajo aburrido o desagradable.
La alegría es el sentido interior
que te ayuda a atravesar tiempos difíciles.
Sin alegría interior tus
sentimientos dependen de lo que te suceda afuera.
Cuando las
cosas marchan bien, te sientes
bien. Cuando las cosas marchan
mal, te sientes mal.
Es así que sin
alegría interior, estás entre el dolor y el placer de lo que te sucede.
Si eres alegre, seguirán
sucediéndote cosas buenas y de las otras pero en el fondo te mantendrás calmo y
sereno.
Cuando algo te
hiere te sientes triste,
naturalmente pero recurriendo a la fuerza de
la alegría interior, la tristeza no se vuelve
cada vez más profunda: llega y
se va.
Porque la alegría viene de tu espíritu y la encuentras dentro de ti. Entonces te
das cuenta que la vida es un Don muy
preciado y que merece vivirse con ALEGRIA!
Aparta tu
mente terrena de tristezas, temores, enojos, frustraciones. Deja que se vayan y
consera en tu mente sólo lo que te hace bien:
La alegría, la paz, el
consuelo, la compañía, el cobijo, en fin, ya tú sabes, son los dones del
Espíritu!
¡Eso y sólo eso es lo que será
bueno recibir, alimentar, nutrir!
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