A veces la presión que se siente radica en algo que no ha ocurrido todavía y se trata de la definición de la mente de cuán difícil esto va a ser o cómo ustedes no tendrán tiempo, energía o apoyo.
Cuando sientan que el peso de la presión los conduce a la negatividad o a la preocupación, re-enfóquense en la belleza, la gratitud y el amor y en todo lo que los inspire.
En fin, se trata de no aumentar la presión sobre uno mismo,
preocupándonos.
En vez de empeorar la situación, es mejor soltar y confiar
en que todo se solucionará.
Realmente, así disminuye la sensación de sentirnos
presionados.
Recordemos además la ley que nos dice “siempre que llovió paró”.
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