La otra, la de los triunfos, la de los logros: eso sí será muy bueno evocarlo, capitalizarlo para sentirnos muy
estimulados por todo lo que logramos aprender, crear, enfrentar, superar…
Hasta podríamos decirnos:
”¡Me felicito, qué capaz soy, qué
fortaleza tengo, cuánta constancia puse, cuánta iluminación recibí. Gracias,
muchas Gracias”.
Y también digo de mi parte a
ustedes: Gracias, mil gracias, por estar, por buscar el contacto persona a
persona día tras día, a través de estos escritos, por darme la oportunidad de
servir, que es la razón de mi estada en esta hermosa Tierra.
De Verdad les digo: sin ustedes, mi
tarea no tendría sentido.
De todo corazón un fuerte, grande,
fraternal abrazo universal, para todos mis hermanos del mundo!
Gracias María Inés!
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