Toda
partícula de vida en nuestro planeta, está pasando por una gran purificación
que se intensifica día tras día. Son cambios vibracionales acelerados.
La Energía viene muy potenciada,
con un propósito específico, el de remover y renovar, para que nuestros vehículos
se purifiquen de su densidad actual.
A veces sentimos este proceso como un
centrifugado.
El motor, que es la energía Interna potente, expulsa nuestras
impurezas, sacudiendo nuestros cuerpos.
Como esto está sucediendo, a
veces nos sentimos desconcertados, desamparados, confusos, temerosos y esto
lleva a veces a la extrema situación de senir ganas de "irnos", por eso
quiero puntualizarlo.
Estamos viviendo el proceso de
metamorfosis, de transformación, de limpieza de los cuerpos, que en algunas
ocasiones puede sentirse como un proceso doloroso, apareciendo malestares y
dolencias, cuya explicación no encontramos.
Es algo así como
la operación de una zona infectada que al extirpar duele.
El dolor puede ser físico
pero también puede ser emocional, acompañado con confusión mental.
Se produce
una remoción en los cuerpos, porque esa es la finalidad, ya que no se puede re-construir cuerpos sanos, vitales, si no hay una previa eliminación de las impurezas que cubren la luz de nuestras partículas.
No es la finalidad de este
proceso, hacernos sufrir, tampoco es un castigo, sino una sutilización, que es
necesario aceptar para nuestro propio bien.
No permitamos que el temor nos asuste y nos alarme. Sepamos distinguir lo que es síntoma de enfermedad o lo que es renovación de nuestra energía, nuestro ADN renovado.
Si los análisis médicos no dan nada, pensemos que se trata de un cambio energético de limpieza y restauración, mediante el fluir de la energía amor, que quita los bloqueos.
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