Compartamos hermanos, esta maravillosa
enseñanza de vida, (mientras mi manita sigue recuperándose)
La
mayoría de la gente muere alrededor de los 30 años, aunque su “muerte” ocurra
alrededor de los 80.
Durante
50 años aparentan vivir, pero en ellos no hay vida, no hay canción, no hay
danza.
¿Por
qué están viviendo? No lo saben.
¿Quiénes
son? Nunca se lo han preguntado.
¿Por
qué están aquí, de dónde han venido, a dónde van? Te dirán: 'No preguntes eso
altera nuestra paz y no importa de dónde venimos y a dónde vamos'.
No
están interesados en sus propias raíces ni es sus propias flores.
Sólo
es posible encontrar hombre viviente en el momento de su “muerte” real, si
sigues creciendo... si sigues descubriendo...
si sigues amando... si sigues cantando... si sigues
bailando... si nunca pierdes el interés... si nunca pierdes el asombro ante la
existencia... si tienes los ojos de un niño inocente, tan llenos de asombro que
todas y cada una de las cosas son para ti un misterio...
Entonces
vivirás hasta el fin de esta vida y más: un hombre así no conoce la “muerte”.
La “muerte”
le ocurre sólo a los muertos.
Si un
hombre ha estado vivo, lleno de fuego, lleno de juventud, su último suspiro
será sólo dejar el cuerpo.
Su
conciencia que está tan viva, sigue danzando hacia otra forma, a un nivel más
alto.
Para
él no hay “muerte”, sólo liberación de una prisión.
Estaba
confinado en un cuerpo pequeño, destinado a envejecer y enfermar y ahora está
libre de él y va hacia otro cuerpo fresco y nuevo.
Será parte de la vida Universal, sin forma,
infinita y eterna.
Ese es su verdadero hogar: la inmortalidad,
la eternidad, la existencia universal.
Fragmento
de Zarathustra 'Un Dios que puede bailar’.
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