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sábado, 5 de abril de 2014

No desesperes ante las tribulaciones...

 Cada estudiante que está luchando por alcan­zar la luz está siendo templado tal como el mejor acero, para que dure el mayor tiempo, soporte mejor todo y sea lo más fuerte. Esto es lo que la experiencia de la vida le trae al in­dividuo. (Es lo que nos presenta la vida).

  Cuando uno ansía ser liberado y siguen apareciendo experiencias atribulantes, éstas son para el fortalecimiento del carácter, para darle la última, perfecta y eterna maestría sobre todas las cosas exteriores.
Comprendiendo esto puedes regocijarte de lo que se te presente, ya que te está vol­viendo hacia la gloriosa, maravillosa presencia «Yo Soy» para que te asolees en ella.

   Así, amado estudiante, no te desesperes en medio de las experiencias que aparentan pesar sobre ti. Enfréntate a ellas con regocijo, porque cada paso hacia adelante lleva a la meta eterna y no tiene que ser repetido.
Que el estudiante recuerde siempre usar la afirmación siguiente:
«Yo Soy la Fuerza, el Coraje, el Poder de adelantar a través de toda ex­periencia, cualquiera que sea y permanezco alegre, eleva­do, lleno de paz y armonía en todo momento, por la Gloriosa Presencia que Yo Soy».

Para el atleta, el momento antes de la carrera está lle­no de gloriosa anticipación, pero a medida que se aproxi­ma a la meta y el adversario se le va acercando, él pone todos sus últimos esfuerzos, el aliento se le agota y con el último salto alcanza la línea de la victoria.

Así mismo ocurre con los estudiantes en el sendero. Saben que con la práctica de la Presencia «Yo Soy» no pueden fallar, de modo que todo lo que falta es apretarse el cinturón, ar­marse para lo que sea necesario y decirle adiós con la mano al adversario.
Pero más afortunado que el atleta es el estudiante que sabe desde el principio que él no puede fracasar porque
       «Yo Soy la Energía Inagotable e Inteli­gente sosteniéndome».



Del “Libro de Oro” del Maestro Saint Germain- Capítulo 10

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