Amado
Jesús
No deseo recordarte con dolor sino comprender
el sentido de tu Ofrenda.
Sembraste la Luz de la Verdad y del Amor en una humanidad que no
comprendió Tu Mensaje. Aún quienes Te rodearon, Te abandonaron.
Viniste a enseñarnos el Camino a seguir, la Verdad que nos libera, la
Vida que es Eterna y que no existe la muerte… Por eso resucitaste triunfante y
tomaste de nuevo tu cuerpo.
¡Por
eso Tú estás ahora, aquí, vivo y actuante
y eso es lo que importa!
Tu prédica no fue en vano, tu misión no fue estéril, las semillas
dieron abundantes frutos.
Hoy caminas a través de tus fieles, que por miles recorren la
Tierra pregonando Tu Verdad, disipando las tinieblas del desconocimiento.
Tu corazón amante y Tus manos siguen bendiciendo, sanando,
confortando, irradiando…
Tus labios siguen perdonando y purificando a esta humanidad que Tú
amas tanto.
Tus ojos límpidos y serenos siguen mostrándonos la gloria excelsa
del Reino Celestial.
Tus pies caminando a través nuestro, llevan Tu Enseñanza de Amor y
Sabiduría por toda la Tierra, para bendición de la humanidad.
Ya no
tristeza, ni dolor, sino cantar de dicha, libres y Sembrando!
¡Tú
has resucitado! ¡Y nosotros resucitamos contigo a una nueva vida.
¡Un
canto de alabanza al Creador, de dicha, alegría, inunda nuestro ser
con Luz Divina!
Tranquilos, seguros, confiados, de tu mano, caminamos por la vida,
decretando tus Palabras:
“Yo Soy el Camino, la Verdad y la Vida”.
“Yo Soy Luz, Yo Soy Amor, Yo Soy Verdad”
“Yo Soy la Resurrección y la Vida”,
¡Gracias
Amado Jesús por Tu Sabia Enseñanza, por tu Ofrenda y por tu Amor!
¡Y también Gracias y Alabanzas Altísimo Dios de toda Creación!
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