A finales de los años 80,
Lieserl, la hija del célebre genio, donó 1.400 cartas escritas por Einstein a
la Universidad Hebrea, con la orden de no hacer público su contenido hasta dos
décadas después de su muerte. Acá una de ellas:
A Lieserl Einstein.
Cuando propuse la teoría de
la relatividad, muy pocos me entendieron, y lo que te revelaré ahora para que
lo transmitas a la humanidad también chocará con la incomprensión y los
perjuicios del mundo.
Te pido aun así, que la
custodies todo el tiempo que sea necesario, años, décadas, hasta que la
sociedad haya avanzado lo suficiente para acoger lo que te explico a
continuación.
Hay una fuerza
extremadamente poderosa para la que hasta ahora la ciencia no ha encontrado una
explicación formal.
Es una fuerza que incluye y
gobierna a todas las otras, y que incluso está detrás de cualquier fenómeno que
opera en el universo y aún no haya sido identificado por nosotros.
Esta fuerza universal es el
AMOR.
Cuando los científicos
buscaban una teoría unificada del universo olvidaron la más invisible y
poderosa de las fuerzas.
El Amor es Luz, dado que
ilumina a quien lo da y lo recibe.
El Amor es gravedad, porque
hace que unas personas se sientan atraídas por otras.
El Amor es potencia, porque
multiplica lo mejor que tenemos y permite que la humanidad no se extinga en su
ciego egoísmo.
El amor revela y desvela.
Por amor se vive y se
muere.
El Amor es Dios, y Dios es
Amor.
Esta fuerza lo explica todo
y da sentido en mayúsculas a la vida.
Ésta es la variable que
hemos obviado durante demasiado tiempo, tal vez porque el amor nos da miedo, ya
que es la única energía del universo que el ser humano no ha aprendido a
manejar a su antojo.
Para dar visibilidad al
amor, he hecho una simple sustitución en mi ecuación más célebre.
Si en lugar de E=mc2
aceptamos que la energía para sanar el mundo puede obtenerse a través del amor
multiplicado por la velocidad de la luz al cuadrado, llegaremos a la conclusión
de que el amor es la fuerza más poderosa que existe, porque no tiene límites.
Tras el fracaso de la
humanidad en el uso y control de las otras fuerzas del universo, que se han
vuelto contra nosotros, es urgente que nos alimentemos de otra clase de
energía.
Si queremos que nuestra
especie sobreviva,
si nos proponemos encontrar
un sentido a la vida,
si queremos salvar el mundo
y cada ser sintiente que en él habita,
el amor es la única y la
última respuesta.
Quizás aún no estemos preparados para
fabricar una bomba de amor, un artefacto lo bastante potente para destruir todo
el odio, el egoísmo y la avaricia que asolan el planeta.
Sin embargo, cada individuo lleva en su
interior un pequeño pero poderoso generador de amor cuya energía espera ser
liberada.
Cuando aprendamos a dar y recibir esta
energía universal, querida Lieserl, comprobaremos que el amor todo lo vence,
todo lo trasciende y todo lo puede, porque el amor es la quinta esencia de la
vida.
Lamento profundamente no haberte sabido
expresar lo que alberga mi corazón, que ha latido silenciosamente por ti toda
mi vida.
Tal vez sea demasiado tarde
para pedir perdón, pero como el tiempo es relativo, necesito decirte que te
quiero y que gracias a ti he llegado a la última respuesta!.
Tu padre, Albert Einstein
Magnífica carta!!! Gracias!!!
ResponderEliminarGracias a ti!!!
EliminarUy... Nos deja sin palabras, que inmensa sabiduría
ResponderEliminarWow! Gracias, todo es causalidad!
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