El mundo será mejor cuando cada uno de nosotros sea mejor.
Te invito a compartir aquí las bases del auto-conocimiento y el cómo disfrutar de paz, alegría, salud y abundancia de todo bien que te corresponden por derecho natural.
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lunes, 5 de noviembre de 2018

Actos y consecuencias pueden modificarse

¿Qué dice esta virtud de nuestra conciencia?
Dice que nos corresponde ser responsables por lo que pensamos, sentimos, decimos y hacemos. Es decir, por lo que hemos creado. El mayor desafío del momento es, entonces, el discernimiento.
Saber elegir lo que quiero y lo que no, en mi vida.
Esto me hace comprender que nada viene por azar, que todo ha sido producido por mí.

Si sufres un dolor, es una lección, (eso no se hace) pero no viene para ser permanente en tu vida.
Ese dolor puede permanecer ahí, hasta que tengas la humildad de reconocer que algo debes corregir, viene a devolverte tu Luz.
Nadie es víctima. Todo lleva una lección y la Justicia Divina no es ciega.
El sufrimiento surge cuando no somos capaces de reconocer lo que se nos presenta.

La felicidad no es algo difícil de encontrar en este plano. Es un principio y siempre trae lo que necesitas para afrontar las lecciones y aprendizajes del Alma.
Aquí tienes un ejemplo simple: Si sientes soledad, la lección no es sufrir buscando pareja o añorando una. Sino amar a tu propia compañía y valorar lo que tienes en tu interior.
En síntesis, lo que sientes que te falta, no te falta. Su ausencia es necesaria para tu evolución.
La vida no es juicio y castigo. Es acto y consecuencia. Y es una gran lección de amor, Es ser más conscientes de lo que hay que transformar en bien.

No necesitas culparte por tus elecciones o actos del pasado. Hiciste lo que creíste mejor a conciencia.
Hoy es un nuevo momento y puedes aprender de lo que te causó dolor.
Utilízalo como el impulso para elegir ahora mejores decisiones.

Cada día, cada momento, es un volver a empezar.
No eres una víctima infeliz en un mundo que no le da lo que anhela.
Lo que siembras cosechas. Tan simple y sencillo como eso.
Si juzgas, serás juzgado. Si rechazas, serás rechazado. Si amas, serás amado. Si respetas, serás respetado…
No hay castigo. No estás pagando nada, sólo estás viviendo los efectos de lo que sembraste.

Esta energía se deposita en las articulaciones de las manos y codos, sembrar y cosechar.
Nuestras manos recogen el fruto de la siembra.
El Rayo de Luz que la representa es el Magenta, energía de entrega y aceptación.

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