Hoy, como quien empezar el nuevo ciclo anual, iniciado el 8 de
febrero, quiero contarles este tema, (sobre todo para quienes viven muy lejos)
que está en uno de mis libros:
No es mi objetivo hablar de mi misma ni atraer la atención hacia mi
personalidad, no obstante, deseo aclarar algo sobre mi quehacer.
Elegí ser docente y dedicar mi vida a la
didáctica, “El Arte de Enseñar”. Reconozco que
mis palabras audibles o escritas son bien recibidas y encienden el fuego
de la auto-superación en muchas personas pero no por esto me considero “una
gran Maestra”. Simplemente y con gran regocijo transmito lo que el Verdadero
Hacedor en mí, quiere expresar.
Mi personalidad no es perfecta, ya que aún no he logrado la
Maestría sobre mis cuerpos. Aunque tengo muchas conquistas logradas al
respecto, aún sigo siendo humana y perfectible.
Trato de ser y de vivir lo que predico y si
mis escritos contienen algunas enseñanzas que aún no he logrado,
recuerdo que sólo soy un canal de la expresión interior.
Si esperara a ser Perfecta en mi personalidad para poder dar,
privaría a muchas personas de recibir estas Enseñanzas, que tal vez puedan
aplicar mejor que yo, haciendo sus propias auto-conquistas.
Es así que debo transmitir toda la Instrucción, invitando a levantar la mirada hacia los más altos
objetivos.
No me creo la dueña de la Verdad, nadie lo es pero siento que
enseñar es amar y mientras mis palabras llanas puedan llevar Luz, seguiré
dichosamente dando.
Por hacer esto que hago, no estoy exenta de
afrontar “pruebas”, al contrario, el proceso de precipitación es más
intenso pero considero que es un privilegio pasar “exámenes” seguido. Cada uno
de ellos es una crisis de crecimiento, de movilización interna para superar
situaciones y lograr más Maestría en la conquista de mi ser personal.
Así aprovecho el torbellino de las crisis y tensiones para crecer.
A veces también me “bajoneo”. Aún soy humana. Pero tengo la dicha
excelsa de hacer esto que amo.
Vivo creando y dando y esto aviva mi Espíritu, llenándome de gozo
inefable.
Cada nuevo libro es concebido como un hijo, gestándose célula a
célula, seleccionado cuidadosamente las expresiones imprescindibles para que
sea claro y conciso. Esto hace que “tensione la cuerda del arco para disparar
la flecha”.
El arco con su cuerda tensa, es el desafío de
una nueva creación y la flecha es
el propósito espiritual que lo lanza.
Tuve la Gracia de ser la iniciadora de la difusión pública de estas
Enseñanzas en mi país, Argentina, en la ciudad de Rosario, donde vivo.
Agradezco a Dios y a los amados Guías Superiores Su Asistencia y
Protección para poder expresar desde mi corazón, lo que Su Sabiduría me indica.
También agradezco profundamente las palabras de aliento que me
hacen llegar muchas personas que reciben mis palabras y me cuentan que les
ayudan a crecer y a ser cada día más felices.
Por
todo esto, ¡Gracias!
Y
que este nuevo mensaje vaya cargado de copiosas Bendiciones.
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