Si nuestros cuerpos fueran la plenitud
del Poderoso Yo Soy que está anclado dentro nuestro, tendríamos cuerpos
perfectos, sanos ¿verdad?
Y entonces… ¿por qué, qué cosa, los hace
imperfectos? Las muchas discordias humanas acumuladas. Esa es la causa.
Nosotros mismos las hemos generado o las
hemos aceptado, en forma consciente o sin daros cuenta.
Y bien, la Verdad es que no podemos huir
de sus consecuencias. Entonces tendremos que reconocerlo y ponernos a
eliminarlo sin pérdida de tiempo.
Una de las formas más prácticas es
hablarle a nuestro ser externo o yo inferior,
mental-emocional etérico-físico y decirle:
“Basta! Ya no vas a seguir
gobernando mi vivir. Te quito el poder que alguna vez te di. No vas a seguir
perturbándome con discordias y limitándome.
Me libero de tu dominio. Ahora
soy YO, la Poderosa Presencia YO SOY, quién gobierna completamente a este
cuerpo mental y físico y lo obliga a obedecer”.
Magna Presencia Yo Soy, muestra Tu Perfección, sostén Tu
Dominio, elimina la causa de esto y vela para que no vuelva a suceder.
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