“Nadie puede darme la felicidad, sólo yo puedo conseguirla”.
Me motiva a escribir sobre este tema, las condiciones actuales en nuestro mundo, donde hablar de felicidad parece una utopía, una idea muy buena pero imposible de realizar.
Tal vez debamos revisar el concepto de felicidad, revisar qué es “sentirme feliz”, contento, satisfecho, alegre, gozoso...
Diría que el secreto de una vida feliz reside en adquirir algo de Sabiduría, porque pueden surgir muchas preguntas ¿qué es la felicidad, dónde está, cómo encontrarla, qué debo hacer para sentirme feliz?
Todo depende del concepto que yo tenga. Veamos estos dos conceptos:
1- La felicidad temporal
2- La felicidad permanente
Muchos nos consideramos felices cuando alcanzamos ciertos objetivos o porque han sucedido ciertas cosas, porque nos pasó algo lindo, porque celebramos alguna fiesta, etc. etc.
Bien, sí es una forma de “sentirme feliz” pero no es duradera porque se depende de que las condiciones externas se mantengan y no cambien. Porque si cambian me siento de nuevo in-feliz o frustrado o triste o enojado... etc. cuando no se me dan las cosas como yo quiero.
Veamos un ejemplo muy simple.
Podría decir y sentir: “me siento feliz” con este hermoso día, radiante, calmo...
¿Y qué pasa si de pronto afuera todo cambia, se nubla, hace frío, sopla viento? Ya me cambia el humor, me pongo mal por eso que pasa fuera de mí. Esto es felicidad temporal (no la verdadera).
La felicidad permanente es otra cosa.
La felicidad es un estado de conciencia, no es un goce pasajero, es algo personal, que sólo se comprende cuando se experimenta.
Es comunión con el Ser Interno y con la vida que nos rodea. Integrarse con mente, emociones, sentidos, en el aquí y en el ahora, con las cosas que nos rodean y disfrutarlas, (si llueve, gozar de la lluvia).
Conclusión: ¿Aún se puede ser feliz? Claro que sí. Si me sintonizo con mi interior, si transformo mi proceso mental-emocional, respecto a la vida externa y entonces puedo descubrir cosas hermosas en el mundo del presente.
Es una nueva forma de pensar, de sentir y de ver la vida, que yo puedo adquirir cuando me doy cuenta que no importa lo que pase fuera, yo puedo decir y sentir “me siento feliz”, en paz interior, en gozo, porque la felicidad, repito, es un estado de mi conciencia.
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