El libre albedrío humano en un regalo Divino.
Quien es sabio, sólo elige vivir en el bien.
Quien ignora, elige mal y atrae sinsabores a su vida.
El libre albedrío nos permite elegir cómo vivir y por ignorancia a veces afirmamos “yo soy así, nadie me va a cambiar”. Indudablemente, esa decisión es un derecho natural de cada uno y nadie puede quitarlo.
Sólo que, como a veces elegimos mal, en algún momento llegamos a pensar:
“¡Basta, no quiero seguir eligiendo, estoy cansado de equivocarme! Padre, Hágase Tu Voluntad en mí”. Ahí, en ese momento, cedemos voluntariamente el libre albedrío de la personalidad a nuestro Ser Superior, porque comprendemos que es preferible hacer Su Voluntad, que es lo mejor para nosotros, porque proviene de la Inteligencia Suprema.
Como aún somos pequeños en el crecimiento, a veces creemos que todo lo tiene que resolver nuestra mente terrena. No nos damos cuenta que si aquietáramos la mente y pidiéramos consejo al Ser Interno, vendría la Iluminación sobre qué hacer en determinada situación. Vendría la Guía orientadora con el bien perfecto.
Esto se consigue con práctica, acostumbrándose a percibir por Intuición, lo que viene del Cuerpo Mental Superior o sea por “corazonadas” y así haremos lo más adecuado en cada situación.
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