Es atracción personal. Lo que cada persona atrae.
La energía que recibimos en todo instante viene en estado de pureza pero cuando los Electrones ingresan a la forma física toman la forma de nuestros pensamientos y sentimientos. Quedan así impresos con lo armonioso o lo discordante.
Estos Electrones siguen su camino cuando emitimos nuestros pensamientos, sentimientos, palabras y acciones.
Salen a la atmósfera, se van llevando armonía o desarmonía, para retornar más tarde a quien los emitió pero acompañados con otros Electrones, cargados con la misma vibración, ya que se les unen por afinidad.
Esta energía que retorna en círculos, como un bumerang, nos trae felicidad o infelicidad.
Esto es el magnetismo personal.
Y naturalmente, esto hace que la persona ejerza una influencia positiva, negativa o destructiva en los lugares en que se mueva.
Cuando predomina la fuerza Electrónica calificada positiva o constructivamente, es una persona que ejerce influencia benéfica.
Este es el tipo de atracción que ejercía el Maestro Jesús sobre quienes lo seguían.
Meditemos ¿con qué calificación andarán nuestros Electrones por el Universo? ¿Qué nos traerán de retorno?
Tenemos el Poderoso auxilio de la Llama Violeta que si la demandamos, purifica todas las partículas que hemos emitido con errores, para que nos traigan sólo el bien y así seremos influencias positivas en nuestro ambiente.
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