El aura de cada ser, es esa energía que lo envuelve, formada por muchísimas partículas o electrones que se mueven continuamente.
Estas partículas salen, se van del aura propia, cuando se emiten pensamientos y sentimientos y luego regresan, es decir, van y vuelven, como un bumerang.
El aura, su color y su pureza varía de una persona a otra, de acuerdo a la calidad de sus pensamientos y sentimientos. Si éstos están inspirados por lo Superior, por lo bueno, su aura será blanca, brillante o de colores claros y luminosos.
Esto indica que esos pensamientos salieron y regresaron en bien, al depósito de Bien quedando allí como un depósito de virtudes.
En cambio, si fueron negativos, contactan toda la negatividad (el mal del mundo) y regresan a quien los emitió como sufrimiento. En este caso no vuelven a la Fuente hasta que no sean purificados.
En el primer caso, el aura va formando el Tubo de Luz o “Túnica sin costura” que envuelve a la persona y la protege cubriéndola con ese manto. “El mal no encuentra en qué asirse”.
En el segundo caso el aura se ve enturbiada y es de dolores opacos, oscuros, porque se contacta con las creaciones imperfectas del mundo.
Estas partículas salen, se van del aura propia, cuando se emiten pensamientos y sentimientos y luego regresan, es decir, van y vuelven, como un bumerang.
El aura, su color y su pureza varía de una persona a otra, de acuerdo a la calidad de sus pensamientos y sentimientos. Si éstos están inspirados por lo Superior, por lo bueno, su aura será blanca, brillante o de colores claros y luminosos.
Esto indica que esos pensamientos salieron y regresaron en bien, al depósito de Bien quedando allí como un depósito de virtudes.
En cambio, si fueron negativos, contactan toda la negatividad (el mal del mundo) y regresan a quien los emitió como sufrimiento. En este caso no vuelven a la Fuente hasta que no sean purificados.
En el primer caso, el aura va formando el Tubo de Luz o “Túnica sin costura” que envuelve a la persona y la protege cubriéndola con ese manto. “El mal no encuentra en qué asirse”.
En el segundo caso el aura se ve enturbiada y es de dolores opacos, oscuros, porque se contacta con las creaciones imperfectas del mundo.
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