Vuelco en estas palabras mi agradecimiento al Gran Creador
y también el propósito que me alienta a escribir.
Tú, Gran Maestro que permites que yo enseñe:
Hazme honrar el título de Maestra, que llevo gozosa.
Infunde en mí el Espíritu de Verdad.
Hazme fuerte y valerosa en mi pequeñez humana.
Lléname de humildad verdadera y de comprensión.
Impídeme ser superficial o complicada en mis palabras.
Cólmame de Sabiduría y de Paz, para irradiarlas.
Ilumina mis palabras para que den conocimiento.
Aviva en mí el entusiasmo y la alegría vital.
Haz que sea pasajero el desencanto y la incomprensión.
Ayúdame a desechar todo poder que no sea Puro.
Asísteme en el dolor y levántame fortalecida para seguir dando.
Recuérdame siempre que Enseñar es Amar.
Y cada día rebálsame de Amor para poder expandirlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario