¡YO PUEDO!

¡Tantas veces seguramente nos hemos sentido debilitados, sin fuerzas, sin convicción firme para hacer cosas, para llevar adelante nuestros proyectos!... entonces nada mejor que tomar las palabras de un gran sabio que caminó nuestro mundo, enseñándonos cómo vivir de la mejor manera.

¿Vamos a recordar sus afirmaciones sobre el Poder que llevamos dentro?

El “YO PUEDO”, todo lo puede.

El Maestro Jesús abundó en expresiones para reafirmarnos que todo podemos lograrlo. Por ejemplo, al decir: “Yo Soy la Puerta Abierta que ningún hombre puede cerrar”, quiso hacernos comprender que se refería al Gran “YO SOY”, inmanente, dentro, de cada persona, por el cual todos los triunfos son posibles. Por esto, todas sus afirmaciones comienzan con “YO SOY”.

Usar El Poder Interno de la Presencia “YO SOY” es la única forma de construir sobre una roca o base firme para que así ninguna actividad exterior, ni ningún hombre pueda impedirla.

El Maestro nos dijo: “Las cosas que yo hago ustedes también pueden hacerlas y mayores aún”. El sabía lo que decía. Nos enseñaba, nos enseña, que dentro de cada uno está la Poderosa Presencia impulsándonos hacia el logro de todo bien.

Puede haber disturbios y angustias alrededor  nuestro pero si nos volcamos a la Presencia “YO SOY” y nos mantenemos firmes en Ella, vamos a permanecer seremos e inconmovibles ante el torbellino de creaciones humanas imperfectas.

“Mi Padre y  yo somos Uno” significa  que  la única forma de volvernos Uno con el Padre-Madre es aceptar completamente a nuestra Presencia “YO SOY”. La Energía, el  Amor, la  Sabiduría y el Poder que  Él nos da, son escalones preciosos para ascender. Al reconocer cada día más a la Presencia “Yo Soy” que somos, se acelera nuestra estructura atómica y de a poco nos volveremos auto-luminosos.

Si nuestro Amado Maestro nos da estas Enseñanzas, sobre el Todo Poder de Dios “YO SOY”, que El usó y que está en nosotros, fue para darnos el ejemplo que todos debemos seguir tarde o temprano.

Al reflexionar sobre estas palabras, cobramos nuevas fuerzas y ante toda debilidad, duda, confusión y temor, podemos afirmar:  “Yo todo lo puedo porque Dios vive en mí”.