El anuncio de profecías suele ser muy desalentador y más aún cuando se usan como amenaza para que la humanidad se regenere.
Entonces... ¿para qué nos fueron dadas las Profecías?
Ninguna profecía es dada para que se cumpla inexorablemente, sino que son advertencias de lo que puede suceder, si no operamos un cambio para bien.
Si nos dejamos atrapar por el temor, atraemos lo que tememos. Esto es una Ley. Pero la Sabiduría Divina nos da toda la Instrucción necesaria para que las profecías no se manifiesten.
Si la humanidad se regenera, a partir de cada uno de nosotros, habrá un gran cambio para bien y se transmutarán los efectos negativos de causas sembradas por nosotros mismos.
Aunque esas causas están impresas en el éter, pueden, deben, ser disueltas, transmutadas por nuestro constante trabajo de elevación de conciencia y de limpieza de la efluvia, con el uso del Fuego Violeta.
No habrá un cataclismo como en la Atlántida, sólo habrá purificación a través de los elementos de la naturaleza, en determinados lugares, donde sea necesario.
También está en nosotros Orar, recurrir al Perdón, a la Misericordia Divina y a todo trabajo espiritual que podamos hacer, para que esos cambios sean atenuados.
No debemos, por lo tanto alarmamos con los anuncios de cataclismos o de meteoritos que chocarán con la Tierra, etcétera.
De nosotros depende trabajar con todas las Huestes de la Luz, con todos los Elementales, haciendo nuestra tarea constantemente para que nuestro planeta quede puro y habitable.
Respecto a las palabras bíblicas:
“...cuando viereis la abominable desolación... aquel que está en el tejado, que no baje a tomar nada de su casa y el que está en el campo que no vuelva atrás en busca del manto... “, esto no debe tomarse en forma literal, es decir, no sólo atenerse a lo que dicen esas palabras sino hacer su interpretación simbólica.
Recordemos, a propósito, que las escrituras de la Biblia tienen tres significados: el literal, el simbólico y el jeroglífico.
En esta Instrucción nos corresponde ver el símbolo detrás de la palabra.
Las palabras “campo” y “tejado” significan las cosas materiales que tengamos.
La expresión nos indica que no depositemos nuestra confianza en ellas, sino en nuestra Presencia "YO SOY". Si recordamos que Ella está en nosotros, si Dios está dentro nuestro, Él nos cuidará y estaremos protegidos y provistos de todo.
Entonces... No hay peligro, NO HAY NADA a qué temer.
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