¡Bienvenido pequeño Ser que respiras el primer aliento vital! Te ves inocente y puro como un angelito.
Nada sabes en este momento de lo que te tocará vivir, por eso quiero contarte cómo es el mundo en el que vivirás de aquí en más.
Te diré con qué cosas puedes encontrarte para que no te sorprendas, cuando el devenir de los años te presente situaciones, algunas tal vez no lindas.
Vienes a este mundo no porque alguien te obligara, sino porque quisiste venir. Y eso se te concedió.
Traes un Plan de Vida para cumplir y con él algunos aprendizajes a realizar.
Es más o menos como si trajeras un portafolios en cada mano. Uno con escritos lindos de cosas a disfrutar y en la otra mano, uno con “lecciones” o“exámenes” no tan lindos, tal vez difíciles, duros o dolorosos pero que de todos modos debes superar.
Vas a encontrarte aquí con el mundo creado por Dios, con toda su pureza original pero también con el mundo distorsionado por los hombres, que cometen toda clase de injusticias, de malas acciones, cuando actúan desde su yo humano equivocado y alejado del bien.
Necesitarás desarrollar mucha fortaleza interior y confianza en el Poder que te creó para sentirte aquí pleno, realizado y feliz.
En fin, habría mucho más para decirte pero con esto quiero que no sufras confusión y dolor, si te encuentras con cosas que no te agradan y sin tener quien te diga claramente por qué suceden esas cosas.
Ese niño recién nacido puedo ser yo misma... Al menos, a mí me habría servido de mucho que alguien me dijera todo esto.
¡Me habría fortalecido y me habría evitado tantos desencantos!
Por eso te lo regalo a ti, que aunque ya eres grande, en el fondo, en tu corazón, aún sigues siendo el pequeño, la pequeña, que aún puede abrir los ojos al mundo y ¡volver a empezar!
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